PRIMAL SCREAM/MORE LIGHT
Los de Glasgow han vuelto y siguen haciendo de las suyas.
por Daniel Pollini
La reedición de Screamadelica, a 20 años de su llegada a las bateas, y la gira de la banda apoyando el relanzamiento del disco me decepcionó. Los creí de vuelta, quemados, sin ideas. Pensé que Primal Scream había salido a robar con una reedición discográfica y una gira mundial con canciones que habían grabado el siglo pasado… . Y fue así, una estrategia de la compañía discográfica, una idea del manager para reinstalar a la banda,… pero cuando apareció el single “It’s alright, it’s ok”, cuando nos hicieron saber que estaban gestando un nuevo disco, la reedición, la gira y los motivos del manager y de la compañía pasaron a segundo plano. Me inquietó saber qué contenía el sucesor de “Beautiful Future”, cuál era el menú de la banda un lustro después. Me levanté de la silla, fui hasta la ventana, corrí las cortinas y dejé que entrara “More light”.
01 - 2013
02 - River Of Pain
03 - Culturecide
04 - HitVoid
05 - Tenement Kid
06 - Invisible City
07 - Goodbye Johnny
08 - Sideman
09 - Elimination Blues
10 - Turn Each Other Inside Out
11 - Relativity
12 - Walking With The Beast
13 - It’s Alright, It’s Ok
Un disco politizado, un disco distorsionado, un disco al que hay que encontrarle la vuelta, un disco… de Primal Scream.
Un disco surcado por la guitarra de Kevin Shields, el ex My bloody Valentine aporta su mugre. En ocasiones efectivo, en otras los riffs se repiten hasta atenuar cualquier vestigio de rebeldía que pretenda nuestra ansiedad… es decir, olvídate del fast forward y del skip, te lo clavás entero de una.
Cuando aparece Robert Plant, invitado de lujo en “Elimination Blues”, me emociona redescubrirlo generoso, cantando como lo hizo con Alison Krauss allá en el 2007 cuando editaron “Raising Sand”. Plant es uno más, no se sube a ningún podio, aporta lo justo y necesario.
En “More light” se repiten todas las fórmulas utilizadas en los trabajos anteriores, esta vez Primal Scream no arriesgó mucho, tampoco es necesario pedirles que vayan por más cuando en realidad a los críticos se nos hace imposible encasillarlos, hablar de géneros y hasta compararlos con otras bandas, a Primal Scream sólo se lo puede medir si utilizamos el mismo patrón métrico que desde 1987, desde la edición de “Sonic Flower Groove”, utilizamos para medir a Primal Scream.